El objetivo final de la Unión Europea, nunca dicho por temor, ha sido la Unión Política.
Todos los pasos iban encaminados a esta unión política, empezando por la libre circulación de personas y mercancías y terminando por la unión monetaria.
Lo que nunca se dieron cuenta los políticos de tercera que tenemos en Europa es que lo más difícil de cambiar en un pueblo es la cultura, y si intentas unir a un español con un portugués, tal vez funcione a muy largo plazo, pero la unión de un español con un sueco, o polaco, nunca funcionará. Y no digamos con un turco.
Esto hizo que los referendum sobre la Constitución Europea fracarasan estrepitosamente, y la UE quedara con el culo al aire. Como medida de urgencia se firmó el tratado de Lisboa por parte de los políticos.
Ahora que la unión política queda como algo imposible, se va desmoronando todo a su alrededor, empujado por una crisis que no hace sino de catalizador.
Ya nadie cree en una Europa unida, con una economía del bienestar imposible de mantener, y unos políticos de tercera división alejados de la vida real. Los políticos profesionales no sirven.
Se empieza por terminar con la libre circulación de personas, y se terminará con la salida ce ciertos países de la moneda común, ya que es su única solución para salir del agujero de deuda en el que se encuentran.
Tiempo al tiempo
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